viernes, 26 de mayo de 2017

EL DIOS BANCA

   

Palazzo Salimbeni en Siena (Italia)

     Para los supersticiosos los dioses gobiernan el Universo, algo muy conveniente para los líderes religiosos y políticos de cualquier índole que gobiernen, incluso para la gran mayoría de los que no tocan directamente poder. Un dios no rinde cuentas ante nadie. Cualquier suceso que afecte al quehacer del ser humano y su conocimiento esta supeditado a su poder omnímodo, desde pincharse la yema del dedo con una espina hasta la mayor de las hecatombes. El dios es inaccesible a los deseos de los hombres, castiga por igual a todos cuando hay un desastre y tienes la desdicha de encontrarte en el lugar equivocado. Los dioses compran falsamente voluntades como los padres satisfacen con golosinas el berrinche de sus hijos. Los dioses se sientan en grandes despachos alfombrados dictaminando las soluciones a los problemas que ellos mismos han creado. Los dioses tienen multitud de esbirros y millones de acólitos. Los primeros son el brazo armado, los segundos obedecen ciegamente ante el temor de la fulminación inmediata y la supresión de su voluntad. El fomento de la ignorancia es la gran baza de los dioses, en ella sustentan su poder. Hazte ateo y busca el conocimiento, serás mejor persona y más feliz.



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