viernes, 10 de junio de 2016

UN POCO DE CAMBIO, ES MUCHO

Cantueso

Entiendo y comprendo perfectamente a los llamados medios de comunicación tradicionales en estos días electorales. Se les ve tanto el plumero que se hace difícil no sonrojarse de vergüenza ajena ante tanto miedo. Y todo porque puede que alguien tenga que pagar más impuestos. Porque quizá cuando una empresa acuda a una licitación pública no tendrá asegurado llevarse el concurso amañado con disimulo. Porque esos medios tradicionales tal vez dejen de recibir la publicidad institucional que les caía de sus amiguetes que controlan las arcas públicas. Porque los bancos tal vez tengan que dejar de cobrar a sus depositantes por guardar el dinero que no les pertenece, a los bancos. Porque a lo mejor debajo de las alfombras se esconden algunos cadáveres que no conviene desenterrar, y éso que últimamente aparecen muchos en lugares pacíficos como Panamá, Suiza, islas caribeñas...

Entiendo perfectamente a todos ellos, piensan que tienen algo que perder. Les ha ido bien con la socialdemocracia europea y española desde los años 80; y mucho mejor con los conservadores, sobre todo desde que cayó el muro de Berlín y la Rusia comunista y sus satélites se desmoronaron, ya no era necesario contentar a la clase trabajadora, se les podían ir recortando los derechos adquiridos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, y en éso estamos, de manera acelerada desde la época de Reagan y Thatcher. Todo ello se lo debemos al poder financiero, o lo que es lo mismo, a unos cuantos codiciosos que han sabido comprar voluntades a mansalva, y para ello necesitaban y necesitan a esa prensa y televisión que no informa ni investiga, solo manipula porque es la única forma de que un trabajador vote a unos partidos que nunca van a defender sus intereses. A todo lo anterior tenemos que añadir la domesticación, en mayor o menor medida, de los sindicatos, intelectuales, profesorado universitario..., y los jubilados, principal objetivo de la política del miedo.
Así que entiendo perfectamente a aquellos que en España piensan o creen que Partido Popular o PSOE son buenas opciones, es como si la vida, con todas sus experiencias, no hubiera pasado por ellos.

Soy de los que prefieren lo bueno por conocer a lo malo conocido, de ahí la foto del cantueso primaveral.