miércoles, 27 de abril de 2016

PENSAR SIN TIEMPO


Tengo una camiseta en la que pone "TAKE TIME", y éso es lo que hago, fingir que le tomo tiempo al Tiempo mostrando la misma indiferencia que él nos tiene a nosotros, aunque me gusta la puntualidad más que a un inglés estirado, por educación y porque no me gusta esperar ni hacer esperar, salvo exceso de confianza o confusión en el camino.
Se puede decir que, a pesar de la indiferencia, me obsesiona el Tiempo. Por supuesto que no era así en la tierna y salvaje infancia, cuando las horas las marcaban otros; ni en la adolescencia saboteada por las hormonas; ni en la juventud adornada por el idealismo rebelde y quizá revolucionario. En aquellos días era una bagatela.
La falsa madurez nos hace conscientes, en ocasiones irremediablemente, de que nuestro tiempo se acaba y nunca más volveremos a lo que fuimos. Pero no seamos pesimistas bien informados. Tenemos que seguir viviendo, nos gusta vivir -casi es un "nos" mayestático-, y disfrutar de toda la belleza, muchas veces oculta por la realidad de la codicia y malicia de nuestra especie, atareada como está en sobrevivir en el cruel egoísmo del depredador avaricioso; ése egoísmo que no se quiere ni se ama a si mismo y por lo tanto no puede querer a nadie. Un egoísmo psicópata (volveré a los psicópatas en otros post), porque parece que se han instalado en el poder y hay que desalojarlos, no debemos permitir que una minoría desprovista de emociones y sentimientos nos domine.
Y ahora me voy a tomar mi Tiempo para pensar, esa cosa -pensar- que nos diferencia como especie en este planeta sometido a las Leyes de la Física y a las aventuras de Alonso Quijano. Deberían vuesas mercedes dedicar unos minutos todos los días a pensar, sin reloj a ser posible.

Casa natal de Miguel de Cervantes en Alcalá de Henares

No hay comentarios:

Publicar un comentario