jueves, 5 de noviembre de 2015

CLAVOS Y CABEZAS


Los Íberos que vivieron en lo que ahora son las ruinas de la ciudad íbera del Puig de Sant Andreu d'Ullastret, tenían la fea costumbre de clavar las cabezas de sus enemigos en la fachada de sus casas, y allí se quedaban hasta que el tiempo, o los romanos, decidieron que aquello era una costumbre bárbara, tanto o más que descuartizarse en el circo a golpes de tridente o de gladium. Imagino el prestigio que daba tener decorada la entrada de tu casa con los cráneos, unos pelados ya, otros en proceso de descomposición, ante los invitados que iban a visitarte.
Muy cerca de allí se encuentran las ruinas griegas y romanas de Empuries. Los primeros con una intención claramente comercial; los segundos en proceso de expansión de su imperio. Sin embargo, todas las ruinas de estos asentamientos se encuentran bien protegidas por murallas imponentes. El miedo y la seguridad de sus vidas y bienes los hacía ser precavidos. 
En el siglo XXI, más de dos mil años después de que ésto que cuento sucintamente y en lenguaje coloquial, sucediera, seguimos siendo muy parecidos. La gran diferencia es, que lo escribo en un soporte tecnológico que a aquellos seres les hubiera parecido pura magia. Pero en el fondo no nos diferenciamos tanto. Observad lo que ocurre en el mundo con atención y veréis que no hemos cambiado tanto.

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