miércoles, 29 de octubre de 2014

LOS TICS TE DELATAN


La declaración de Mariano Rajoy ante la cámara de vídeo dura 15 minutos y 11 segundos. El atril nos tapa la parte inferior de su cuerpo, e impide que veamos el movimiento de sus manos y sus piernas, dificultando el análisis. La disposición de la cámara y el plano elegido: plano medio y fijo, impide a su vez centrarse y observar con mayor detalle y precisión la expresión de su cara y pupilas. Solo puedo destacar las ojeras que se adivinan bajo la parte inferior de las gafas y el rostro cariacontecido. Me limitaré a destacar los momentos que parecen más interesantes entre lo que dicen sus palabras y lo que expresan sus gestos faciales.
   En el segundo 31", cuando dice que la tesorera actúa "con la colaboración plena de todas las estructuras del partido", los ojos de Rajoy se cierran al unisono durante unas centésimas de segundo, puede que debido a un problema de pronunciación o no. Al llegar al 1'31" de discurso, hace una referencia a que los ciudadanos puedan confiar en "La honradez e integridad de sus dirigentes", y de nuevo sus ojos se cierran al unisono. Más adelante, a los 6'34" dice: "nunca he recibido dinero negro", y se produce un tic en su ojo izquierdo. Unos minutos más tarde, a los 9'50", mientras dice: "Todas nuestras retribuciones se han ajustado a la más estricta legalidad", el mismo tic en el mismo ojo; y, casi sin solución de continuidad, 10 segundos después...: "Cualquier deducción de irregularidad alguna en nuestro comportamiento a partir de los papeles...", justo cuando pronuncia "a partir", el ojo izquierdo le juega otra mala pasada. A los 12'25 dice: "Queridos amigos, yo creo en la justicia", momento en el que frunce misteriosamente ambas cejas hacía arriba y por los extremos interiores de las mismas, formando una especie de triangulo que sugiere duda o perplejidad. 
   Sus palabras y su discurso se refugian en lugares comunes. Se limitan a manifestar su inocencia, la de su partido y la de los miembros del mismo. Al final recurre a referencias patrióticas que nada tienen que ver con el objeto que motiva su comparecencia: la corrupción. Una comparecencia que no aclara nada y que suscita las mismas dudas que antes de hacerlo. No hay rueda de prensa porque no tiene respuestas ante las preguntas comprometedoras de los periodistas, lo que indica que si que hay cosas que ocultar, y que su intención era acallar durante unas pocas horas o días el malestar general y dar tiempo a sus defensores a intentar calmar las aguas. A la verdad ni se la ha visto ni se la espera.

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